Historia de Sóller
Sóller cuenta con restos históricos de muchas de las culturas que han pasado por estas tierras desde el 4.000aC: pretalayóticos, talayóticos, romanos, musulmanes y cristianos. De hecho, el valle de Sóller conocido como “valle de Oro”, debe este nombre a los musulmanes que la llamaron Sûlyâr ( que significa precisamente "valle de oro" en árabe). Además, fueron ellos también quienes empezaron a canalizar el agua de los torrentes para regar los huertos y quienes construyeron los primeros “marges” o bancales para aprovechar mejor el terreno montañoso.
Uno de los acontecimientos que marcaron más la historia de la ciudad, fue el saqueo de los piratas sarracenos el 11 de mayo en 1561. Fue después de esos sucesos cuando se construyeron torres de vigilancia como la Torre Picada que sigue en pie hoy en día y el castillo del Puerto de Sóller, y se siguió fortificando la ciudad de Sóller (aunque hoy en día sólo queda en pie una ínfima parte de muralla junto a la iglesia).
Sóller fue un punto de gran importancia comercial durante el siglo XIX. Por un lado gracias al comercio de cítricos y olivas y por otro lado, gracias a la industria textil. Esta industria vio su apogeo a partir de la Guerra Civil, cuando los franquistas bombardearon gran parte de la industria de Barcelona. Fue entonces cuando Sóller tomó el relevo. A finales de los 60, la modernización de la producción textil dejaba Sóller atrás. Mientras las fábricas iban adaptándose a la mecanización del proceso, Sóller seguía con telares antiguos que requerían mucha mano de obra. Así pues, los empresarios se fueron interesando por otros sectores y la industria textil fue perdiendo fuerza hasta 1990, cuando se cerró la última fábrica en funcionamiento del pueblo.