Castell Miquel fue creada para la viticultura, aunque después de los daños causados por la filoxera, esta bodega cayó en el olvido. Fue el Profesor Michael Popp, que por obra del destino, encontró estas tierras dónde empezar así su proyecto. Gracias a sus conocimientos y sus recursos financieros, ha conseguido crear unas bodegas dónde se prioriza el mejor control para elaborar vinos de primera.